Norma humanitaria esencial
- Página actualizada el18 de abril de 2025

Entre las normas y estándares globalmente aceptados para la acción humanitaria se encuentra la Norma Humanitaria Esencial. Este marco establece una serie de compromisos que deben ser comunes a cualquier organización humanitaria, independientemente de la naturaleza de las actividades que implemente o su sector técnico.
Esta Norma, centrada en las personas y las comunidades, ilumina un camino que aún continúa estando lleno de obstáculos para mejorar la equidad, la participación comunitaria, o la rendición de cuentas a las poblaciones afectadas por emergencias humanitarias.
Tabla de contenidos:
¿Qué es la Norma Humanitaria Esencial?
Un estándar para la calidad, la responsabilidad y la rendición de cuentas en acción humanitaria
La Norma Humanitaria Esencial en calidad y rendición de cuentas (Core Humanitarian Standard on Quality and Accountability o CHS) es un marco reconocido a nivel mundial, basado en los principios humanitarios. Aborda cómo deben ser las relaciones entre los actores humanitarios y las comunidades con las que trabajan. Para ello, la Norma establece los 9 compromisos que las personas y las comunidades en situaciones de crisis y vulnerabilidad pueden esperar de aquellos que las apoyan, en materia de calidad y rendición de cuentas.
La semilla de la Norma Humanitaria Esencial se plantó en 2003
La historia de la Norma Humanitaria Esencial comienza en 2003, y es ya parte de la historia de la acción humanitaria. En ese año se lanzó el Humanitarian Accountability Partnership, una iniciativa de auto-regulación de las organizaciones humanitarias. Esta propuesta, impulsada por proyectos recientes como Esfera (más orientado hoy a estándares técnicos), la Carta Humanitaria o ALNAP, dio pie a promover la rendición de cuentas, la responsabilidad y la calidad en la acción humanitaria.
En 2015 esta alianza se fusionó con People in Aid para crear la CHS Alliance y publicar la Norma Humanitaria Esencial. Esta, a su vez, se acompañó más adelante de herramientas para su implementación, como el Quality & Accountability COMPASS Toolbox. En 2024 se ha actualizado esta Norma, reflejando cambios en la forma de referirse a las personas y comunidades como sujetos activos, que no solo conocen sus derechos sino que los ejercen.
La Norma Humanitaria Esencial incluye nueve compromisos
La Norma, a través de nueve compromisos que los actores humanitarios deben adoptar, establece las garantías que hay que ofrecer a las personas y comunidades con las que trabaja, desde una base de respeto a los principios humanitarios.
Compromiso 1: Las personas y comunidades pueden ejercer sus derechos y participar en las acciones y decisiones que les afectan
Esto implica integrar consideraciones de diversidad, equidad e inclusión para todas las personas y, especialmente, para aquellas más marginadas. Además se entiende que, para una participación efectiva, previamente debe haber una información y comunicación efectivas, adaptada al idioma y contexto local. La participación tampoco puede ser algo que se improvise, sino que debe estar integrada en los enfoques de las organizaciones, comprometidas con la implicación de la comunidad y sus personas en todas las acciones y decisiones. Finalmente, se hace también referencia a los derechos de las personas, en relación con el respeto de su dignidad cuando se emplea su imagen para hacer incidencia o recaudar fondos, por ejemplo.
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Compromiso 2: Las personas y comunidades acceden a apoyo oportuno y eficaz conforme a sus necesidades y prioridades específicas
La calidad de los programas y las actividades importa, a lo largo de todo el ciclo del proyecto. Por ello es fundamental que los análisis de contexto humanitario no solo se centren en evaluar correctamente las necesidades de las personas, sino que también estudien las capacidades locales y sus fortalezas. Igualmente, se deben emplear criterios justos para determinar qué poblaciones y acciones se van a priorizar, asegurando especial atención a los grupos más marginados y derivando lo que no se pueda abordar a otros actores que sí puedan hacerlo. Durante la implementación de las acciones, estas se deben monitorear y ajustar de forma continua, para garantizar su relevancia, su accesibilidad y que también se están cumpliendo los estándares técnicos de calidad.
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Compromiso 3: Las personas y comunidades están mejor preparadas y son más resilientes ante potenciales crisis
La asistencia humanitaria, idealmente, no debe tratar de responder solamente a las necesidades más inmediatas. Además, debe tratar de reforzar las capacidades y la autonomía de las comunidades afectadas en la gestión de riesgos y crisis. Esto requiere apoyar a líderes y esfuerzos locales por superar la crisis, así como también contribuir a empoderar a organizaciones humanitarias locales. Además, y desde una perspectiva que respete el enfoque de nexo humanitario-desarrollo-paz, se debe intentar que los programas humanitarios puedan tener también un impacto positivo a largo plazo en la sociedad, sus medios de vida y su economía.
Compromiso 4: Las personas y comunidades acceden a apoyo que no causa daños a las personas ni al entorno
Si no se toman medidas adecuadas, las acciones humanitarias pueden tener efectos negativos no deseados en las comunidades o el medio ambiente. Por ello las organizaciones deben integrar en sus enfoques el compromiso por la seguridad, los derechos y la dignidad de las personas. Esto se puede llevar a la práctica a través de una gestión de datos segura y ética y la aplicación de medidas de prevención de abusos y reducción del impacto ambiental, por ejemplo.
Compromiso 5: Las personas y comunidades pueden expresar sus preocupaciones y quejas de manera segura para que se dé respuesta a ellas
No basta con ofrecer asistencia en forma de bienes o servicios esenciales. Se deben establecer también mecanismos accesibles y apropiados que permitan que las personas que participan en ellos o los reciben puedan dar retroalimentación. Esto les permite poder quejarse si creen que se está dando un trato discriminatorio, por ejemplo, o denunciar abusos, de haberlos. Las denuncias recibidas deben gestionarse de manera ética, con investigaciones y abordajes del problema que protejan a las víctimas y sobrevivientes de explotación, abuso o acoso.
Compromiso 6: Las personas y comunidades acceden a apoyo coordinado y complementario
Las organizaciones humanitarias no pueden intervenir de forma aislada. Deben coordinarse con el resto de actores y muy especialmente con sus contrapartes, organizaciones socias locales y otras iniciativas comunitarias existentes. Para ello es preciso que la toma de decisiones pueda ser compartida entre estos actores, respetando las funciones y responsabilidades de cada socio, y procurando que todos respeten los estándares técnicos y normas de calidad.
Compromiso 7: Las personas y comunidades acceden a apoyo que se adapta y mejora continuamente con base en retroalimentación y aprendizaje
Solo es posible asegurar la mejora constante de las intervenciones si las organizaciones adoptan un firme compromiso por el aprendizaje continuo y el diálogo con las comunidades. Una vez más, no basta con implementar actividades teóricamente relevantes o seguir las guías y protocolos recomendados. Hay que establecer un diálogo con la comunidad y una actitud de escucha y respuesta que permita entender qué funciona y qué debería mejor, desde la perspectiva de las personas de la población afectada. Este diálogo debe producirse también cuando se vaya a analizar la información obtenida y plantear cambios a las intervenciones.
Compromiso 8. Las personas y comunidades interactúan con personal y voluntariado respetuoso, competente y gestionado de manera adecuada
En ocasiones se pone más énfasis en introducir cambios y mejoras en las políticas y procedimientos, que en su aplicación efectiva final, mucho más compleja y difícil de garantizar. Para ello hay que establecer normas y códigos de conducta que eviten y prohíban cualquier tipo de abuso, acoso, explotación o discriminación, pero también generar una cultura organizacional que haga posible el cambio. Esto empieza necesariamente desde el respeto a los derechos de los trabajadores y trabajadoras humanitarios, y la creación de un entorno de trabajo seguro e inclusivo.
Compromiso 9. Las personas y comunidades pueden esperar que las organizaciones hagan una gestión ética y responsable de los recursos
Este compromiso se refiere tanto a los recursos económicos como a los materiales, humanos y medioambientales. Por ello las organizaciones humanitarias deben asegurar una gestión eficiente, eficaz y ética de los escasos recursos disponibles en contextos humanitarios, minimizando y evitando su desperdicio y uso inadecuado. Esto requiere una aplicación cuidadosa de las medidas anti-corrupción y los mecanismos para evitar fraudes, conflictos de interés, y posibles desviaciones de bienes y fondos. Igualmente, se deben evaluar las diferentes alternativas existentes que permitan elegir aquellas que minimicen el impacto ambiental.
Aún queda mucho por hacer en materia de participación y rendición de cuentas
A pesar de los grandes avances que el sistema ha hecho en materia de estándares en participación comunitaria y rendición de cuentas, esto no siempre se ha trasladado a la prácticas habituales. La diferencia de poder entre las organizaciones humanitarias y las poblaciones afectadas por crisis humanitarias a las que asisten aún prevalece.
En ocasiones hay más énfasis en garantizar que el lenguaje de las proyectos incluye términos clave, en dar la impresión de que hay un alto nivel de rendición de cuentas, y en documentar la realización de procesos participativos, que en alcanzar un cierto nivel de empoderamiento que haga las respuestas humanitarias más justas y efectivas. Aunque la práctica totalidad de organizaciones humanitarias tiene hoy mecanismos para recoger opiniones y quejas de las personas asistidas (cosa que hace tan solo unos pocos años era impensable), esto apenas parece influir aún en cómo se toman ciertas decisiones estratégicas, o en el cambio de la actitud de la organización y su personal ante el público.
Muchas personas asistidas siguen percibiendo que carecen de la legitimidad o el respaldo del sistema humanitario para exigir una asistencia justa y de calidad, o reclamar su derecho a tener información, ser consultados y que su voz se escuche y se tenga en cuenta en todas las etapas del ciclo del programa humanitario.
Estándares y principios
Enlaces externos
- CHS Alliance, Sphere, Groupe URD, 2024. Core Humanitarian Standard on Quality and Accountability.
- ALNAP, 2023. From Tick Box to Turning Point: Getting Accountability Right for Improved Humanitarian Action.
- IASC, 2023. IASC Collective Accountability to Affected People (AAP) Framework.
- Nepal, 2023. Navigating dilemmas in people-centric humanitarian action.