Reforma humanitaria en evolución
- Página actualizada el18 de abril de 2025

Desde la creación en 1991 del marco de sistema humanitario que aún hoy seguimos utilizando, la acción humanitaria ha seguido cambiando y adaptándose a los contextos humanitarios. Así, mejoraron los estándares técnicos y de rendición de cuentas. Uno de los mayores cambios se produjo en 2005. Ese año la Transformative Agenda supuso una sustancial reforma humanitaria de la coordinación entre actores. Muchos de los cambios introducidos entonces, como los clusters humanitarios o los procedimientos para la activación de la respuesta humanitaria en caso de emergencia, aún siguen vigentes.
El tiempo, sin embargo, ha revelado que el sistema humanitario aún necesita más cambios. Hoy, y tras una nueva reforma humanitaria iniciada en 2016, se propone una transformación en torno a la participación comunitaria, la localización, la mejora de la financiación y el vínculo entre el desarrollo y la asistencia de emergencia. Además, conforme se avanza en estas direcciones, continúan surgiendo nuevas prioridades e iniciativas.
Tabla de contenidos:
El Grand Bargain de 2016
La Cumbre Humanitaria Mundial de 2016 fue el evento que dio pie a un nuevo ciclo de reforma humanitaria que continúa hasta hoy, conocido como el Grand Bargain. A lo largo de los años este ciclo ha ido actualizándose con el Grand Bargain 2.0 y el Grand Bargain beyond 2023, al mismo tiempo que han surgido otros proyectos piloto como la Flagship Initiative (Buque insignia).
Gran ganga
Una Agenda for Humanity con 51 compromisos y 10 áreas temáticas de trabajo.
Gran ganga 2.0
Más atención en las prioridades clave y un nuevo enfoque para la incidencia política, con un formato más simple.
Grand Bargain más allá de 2023
Una hoja de ruta actualizada hasta 2026.
Iniciativa Flagship
Reimaginando la acción humanitaria, de abajo a arriba, desde la comunidad y hacia la sostenibilidad.
Un acercamiento entre donantes y organizaciones humanitarias
El pacto del Grand Bargain, acordado entre 18 países donantes y 16 organizaciones humanitarias internacionales en mayo de 2016, nació para acercar posiciones entre ambos grupos. Por un lado, los donantes querían que las organizaciones humanitarias fuesen más responsables y transparentes con la financiación recibida. Por otro lado, el resto de organizaciones humanitarias quería que los donantes ofrecieran una financiación de mejor calidad, con mejores condiciones.
El pacto alcanzado entre todas las partes se concretó en 51 compromisos y 10 áreas temáticas de trabajo (workstreams):
- Mayor transparencia.
- Mayor apoyo y financiación para actores locales y nacionales (localización).
- Aumentar el uso y coordinación de las transferencias monetarias (cash).
- Reducir la duplicación y los costes de gestión.
- Mejorar evaluaciones de necesidades imparciales y conjuntas.
- Una revolución de la participación.
- Mejorada la financiación de calidad con más financiación multi-anual.
- Una financiación de calidad más flexible con menos restricciones (earmarking).
- Armonizar y simplificar los requisitos de reporte.
- Mejorar la colaboración entre actores humanitarios y de desarrollo.
Un pacto con luces y sombras
El Grand Bargain, hasta 2021, tuvo importantes aspectos positivos. Entre ellos, el de conseguir más firmantes (alcanzando un total de 63) y crear una plataforma de colaboración y resolución de problemas con todos ellos. Además, se avanzó mucho con las transferencias monetarias, y se mejoraron las herramientas y procedimientos para hacer evaluaciones de necesidades y reporte armonizado. También hubo avances, aunque insuficientes, en la localización, y en la introducción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres como un nuevo tema transversal.
Otras áreas temáticas, sin embargo, avanzaron menos, o no consiguieron superar las barreras para el cambio. Por ejemplo, a pesar de algunas iniciativas, apenas se consiguió más transparencia acerca del uso y el impacto de la financiación. Tampoco se resolvieron importantes problemas para la coordinación de las transferencias monetarias ni se produjeron apenas cambios en los mecanismos de financiación. Otros aspectos, como el aumento de la participación o el estudio de de cómo reducir los costes de gestión, también quedaron casi olvidados.
Más allá del Grand Bargain inicial: actualizaciones en 2021 y 2023
El Grand Bargain 2.0: aprendiendo de los aciertos y errores
En 2021 se revisó y redefinió el Grand Bargain en una segunda versión del pacto global: el Grand Bargain 2.0. En esta actualización, el acuerdo entre donantes y organizaciones humanitarias, ya con más participación de actores locales y nacionales, fijó su objetivo en una mejor efectividad, eficiencia y rendición de cuentas de la ayuda humanitaria. Al mismo tiempo, se centró la atención en dos prioridades clave -que en realidad son tres-:
- Calidad de la financiación.
- Más apoyo para asegurar el liderazgo y la capacidad de actores locales.
- Más apoyo para aumentar la participación de las comunidades afectadas.
La actualización mantuvo muchas de las áreas temáticas del acuerdo anterior y destacó como temas transversales de la reforma humanitaria el género y la mejora de la gestión compartida de riesgos. También estableció una manera más sencilla de organizarse y trabajar para la incidencia política hacia actores clave para el cambio.
El Grand Bargain más allá de 2023
Una nueva propuesta: la iniciativa Flagship
En 2023, y con el propósito de «renovar la acción humanitaria desde abajo» se lanzó la Flagship Initiative en 4 países piloto (Colombia, Níger, Filipinas y Sudán del Sur). Desde entonces, se han realizado varios foros y reuniones de alto nivel, junto con varios documentos de aprendizaje.
La idea de la iniciativa Flagship no consiste en proponer un nuevo modelo que se pueda aplicar en todos los países, sino en simplemente proponer una serie de principios clave, que los actores humanitarios de los países piloto, junto con las comunidades con las que trabajan, puedan decidir cómo articularlos y aplicarlos, de forma adaptada a su propio contexto. Esos principios son básicamente trabajar con las comunidades para entender sus prioridades, capacidades y aspiraciones, para luego formar una coalición de actores humanitarios que programen y planifiquen sus acciones en base a esas prioridades desde el nivel local, cubriendo tanto la respuesta de emergencia como el fortalecimiento de la resiliencia.
Los diferentes proyectos piloto parecen estar priorizando muchos de los elementos ya identificados en las iniciativas previas de reforma humanitaria, como el fomento de la participación comunitaria, la localización, y el nexo humanitario-desarrollo-paz, así como cambios en la financiación de los programas, que permitan realizar los cambios.
Algunos ejemplos de las novedades que emergen en el pilotaje de la iniciativa incluyen la financiación en Colombia con el CERF para crisis olvidadas, acciones de fortalecimiento de la resiliencia comunitaria a largo plazo, y no solo acciones de emergencia, priorizar en zonas de alta inseguridad de Níger la inversión en actividades generadoras de ingresos antes que la ayuda alimentaria, por deseo de la propia comunidad, o desarrollar en Filipinas planes de respuesta humanitaria en pequeñas áreas geográficas (barangays), en ausencia de un plan nacional.
Reformas y cambios al sistema
Enlaces externos
- OCHA, 2024. The Flagship Initiative: Redesigning Humanitarian Response (Status Update Two: July 2024).
- The New Humanitarian, 2023. What’s the ‘Flagship Initiative’, and how might it transform emergency aid?
- IASC. Transformative agenda.
- IASC. Grand Bargain.
- OCHA, 2023. Global Humanitarian Overview 2024.
- ALNAP, 2022. State of the Humanitarian System.
- ODI, 2021. The Grand Bargain at five years: an independent review.