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Salud global y salud humanitaria

Salud global y salud humanitaria
Foto: Bruno Abarca

La comprensión de la salud y la salud pública se complica cuando le empezamos a poner otros apellidos: ¿Salud internacional?, ¿Salud global?, ¿Salud humanitaria?. Además, la heterogeneidad se dispara cuando empezamos a movernos por el mundo. Un concepto que parece mastodóntico a las puertas de las oficinas de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra parece casi familiar en una aldea en las montañas del Nepal profundo e incluso se antoja una ilusión fuera de contexto en un campo de personas refugiadas en Sudán.

¿Qué es salud global?

La salud global es un término moderno que se puede entender como la acción e investigación coordinadas para abordar las prioridades de salud que trascienden fronteras. Esta manera de entender la salud global, que de nuevo es una simplificación de otras muchas definiciones más completas, pone el foco en la colaboración internacional frente a amenazas globales de salud.

La salud global va más allá de la medicina tropical y la salud internacional

El campo de estudio, política y práctica de la salud global a menudo se confunde con otros términos más antiguos como medicina tropical, que ahora se usan menos. Sin embargo, el sentido clásico de la medicina tropical, con origen en el siglo XIX, es la especialización en los problemas de salud de zonas tropicales y tiene un fuerte trasfondo colonial.

La salud internacional, desarrollada en la segunda mitad del siglo XX, va más allá de la medicina tropical. Este enfoque entiende la salud como algo que no es solo la ausencia de enfermedad y está muy ligada a la cooperación internacional y el marco de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. La salud internacional se centra en los problemas de salud de los países  de renta media y baja. Aunque no tiene el marcado carácter colonial de la medicina tropical, separa al Norte global (con soluciones) del Sur global (con problemas).

En el siglo XXI se produjo un acercamiento a los problemas de salud de todo el planeta

La visión de salud internacional giró hacia la salud global a principios del siglo XXI. Esto coincidió con la preocupación por el VIH/SIDA, el acuerdo sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y la creación de la Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización (GAVI) y del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria.

En estos años aumentó el número de actores no estatales implicados en la (ahora) salud global. Por entonces, aún mantenían un enfoque muy vertical centrado en enfermedades específicas y un fuerte liderazgo de instituciones del Norte global (herencia de la tradición de salud internacional). En este marco se revisó el reglamento sanitario internacional (2005), un instrumento legalmente vinculante para todos los países para prevenir la propagación internacional de enfermedades infecciosas. También emergieron enfoques como One Health (2013), que vinculan la salud humana con la animal y la medioambiental. A pesar de estos avances, en 2014, un brote de Ébola en África del Oeste expuso la fragilidad del sistema en la respuesta a emergencias globales. Como respuesta, la nueva salud global comenzó a abordar más los problemas de salud de todo el planeta. En paralelo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio avanzaron hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Al mismo tiempo, se pasó a un marco de intervención en salud más horizontal centrado en el fortalecimiento de sistemas de salud y la cobertura universal de salud. También se evidenció la necesidad de un actor central para liderar política y técnicamente el sistema de salud global. Años más tarde, la epidemia de COVID-19, dirigió las miradas de todo el mundo hacia la OMS para desempeñar ese rol, al mismo tiempo que mostró la fragilidad del sistema.

¿Qué es salud humanitaria?

La acción humanitaria en salud tiene por objetivo aliviar sufrimiento y salvar vidas en emergencias humanitarias, al mismo tiempo que se promueve el bienestar y la dignidad de las personas afectadas por la crisis.

Atención a las necesidades de salud más prioritarias en contextos humanitarios

A simple vista la salud humanitaria puede parecer una versión low-cost de la salud global. Aunque esto no es así, sí es cierto que la acción humanitaria en salud solo aborda una parte de todas las dimensiones de la salud, con menos tiempo y recursos. 

Por un lado, la acción humanitaria no puede aspirar a impactar en todos los temas de salud global. En las emergencias humanitarias el tiempo apremia. Por ello se deben priorizar los determinantes de salud y las necesidades que resultan más urgentes para la población afectada. Por otro lado, suele tratar de alcanzar solo un estándar mínimo de servicios y protección de la salud. El motivo es claro. En medio de una crisis humanitaria compleja puede no ser viable perseguir metas más ambiciosas. En estos contextos, por desgracia, lo perfecto o idóneo es enemigo de lo posible. Finalmente, supone un reto producir evidencia científica de calidad acerca de estas intervenciones, debido a la alta inseguridad, el difícil acceso, la disponibilidad muy limitada de recursos y la coexistencia de otras muchas prioridades. 

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Sin embargo, no se debe entender la salud humanitaria como una respuesta puntual a corto plazo. Aunque en la fase más aguda de la emergencia lo principal es reducir la morbimortalidad evitable, el enfoque de la respuesta humanitaria en salud debe contemplar cuanto antes consideraciones a medio y largo plazo. Esto permite evitar debilitar más el sistema de salud afectado por la emergencia y contribuir a su recuperación, apoyo, desarrollo y sostenibilidad, en ocasiones incluso planteando la coexistencia de ambos tipos de acciones bajo una visión de nexo humanitario-desarrollo-paz.

La salud humanitaria como un sector de la acción humanitaria

Como sector humanitario, el de la salud tiene algunas características diferenciales con el resto.

En primer lugar, el sector salud ha estado en el centro de la acción humanitaria desde sus orígenes y en cada punto clave de su evolución y transformación. Siempre ha mantenido una fuerte relación con todos y cada uno de los demás sectores, con el fin conjunto último de aliviar el sufrimiento y proteger la salud y el bienestar de la población afectada. De hecho, algunos resultados en salud son indicadores de la colaboración intersectorial y de la efectividad de la acción humanitaria colectiva. 

Además, la prestación de atención sanitaria en contextos humanitarios tiene un fuerte componente técnico especializado. Esto requiere un alto nivel de profesionalización del talento humano y de regulación a través de la normativa y la organización del sistema de salud de cada país, con los que se debe colaborar.

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