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Perfiles profesionales de salud en cooperación

Profesionales de salud en cooperación
Foto: Bruno Abarca

Uno de los sectores principales de la cooperación internacional para el desarrollo y la acción humanitaria es el de la salud. Aunque hay mucha heterogeneidad entre las organizaciones y entre los puestos de trabajo que ofrecen, en general, alguien con un perfil profesional vinculado a la salud puede trabajar en cuatro grandes categorías. Tres de ellas (provisión de servicios de salud, coordinación de proyectos y programas de salud, y algunos puestos «generalistas») son categorías ubicadas en terreno, mientras que hay una cuarta, de asesoría técnica, que habitualmente se desempeña desde las sedes.

Profesionales de salud en cooperación con un rol asistencial en terreno

Este grupo incluye a médicos/as de familia y con otras especialidades (como pediatría, ginecología, anestesia o cirugía), personal de enfermería, matronas, epidemiólogos/as, farmacéuticos/as y psicólogos/as, entre otros perfiles. Su trabajo, habitualmente, consiste en desarrollar tareas similares a las que realizarían en un hospital o centro de salud de su país de origen. Sin embargo, esto lo hacen en un contexto humanitario muy diferente y muy exigente, en el que a menudo se disponen de escasos recursos.

Aunque este es el perfil más conocido por el público en general, en realidad solo una minoría de cooperantes expatriados/as se dedica a prestar servicios de salud directamente. En la gran mayoría de casos, estos puestos son cubiertos por personal sanitario nacional, del propio país donde se interviene. No solo conocen la lengua local e importantes aspectos socioculturales, sino también los problemas de salud más habituales y la manera en la que se suelen abordar dadas las condiciones en que se trabaja. La presencia de personal sanitario expatriado resulta especialmente relevante para cubrir áreas técnicas en las que apenas hay especialistas locales. También puede ser ventajoso traer personas con amplia experiencia previa en otros países (por ejemplo en brotes epidémicos de una misma patología), o para ayudar en la supervisión y formación del equipo sanitario nacional.

Este tipo de puesto suele requerir formación académica sanitaria oficial y varios años de ejercicio profesional en el país de origen u otros. Aunque es deseable tener experiencia en contextos humanitarios, esto no suele ser un requisito imprescindible. En lugar de esto, es habitual que las organizaciones humanitarias que contratan este tipo de perfiles ofrezcan cursos obligatorios.  Esta formación suele cubrir aspectos esenciales de acción humanitaria y cooperación en crisis complejas y entornos de alta inseguridad, así como principios y procedimientos clave de la propia organización. Estos puestos generalmente requieren un despliegue de varios meses o incluso más de un año (similar a otros puestos). No se deben confundir con las posibilidades de voluntariado internacional que ofrecen algunas organizaciones.

Profesionales de salud para coordinación de programas en terreno

Este grupo de profesionales realiza muchas tareas diferentes relacionadas con la gestión de proyectos de salud y el liderazgo de los equipos que los implementan. Por ello, incluye a profesionales de diferentes áreas profesionales, pero casi siempre con experiencia y formación en salud pública y gestión del ciclo de proyecto en crisis humanitarias.

Formación de base y perfil necesario: salud pública y gestión de proyectos

La formación en salud pública suele ser un requisito imprescindible por la importancia de tener una visión clara de la importancia de la salud poblacional (más allá de la salud del individuo, o los meros aspectos biomédicos), el funcionamiento de los sistemas de salud y sus servicios preventivos y curativos, las prioridades de salud global, la gestión y gobernanza sanitaria a diferentes niveles (incluyendo centros de salud, áreas de salud de distrito y ministerios de salud), las multicausalidad de la morbimortalidad, los determinantes sociales de salud, la atención primaria, la cobertura universal, o la preparación y respuesta ante epidemias, entre otros muchos aspectos. Este tipo de puesto no suele estar restringido a personal médico, sino que se abre a menudo a muchas trayectorias diferentes que convergen en la salud pública.

La formación o experiencia en la gestión del ciclo del proyecto también es clave. Son estas personas quienes, dependiendo de las especificidades del puesto, están a cargo de la evaluación de necesidades de la población, el diseño y escritura de proyectos, la ejecución de las actividades y su seguimiento y monitoreo. El puesto responsable de la coordinación -a diferentes niveles- generalmente dirige y lidera un equipo de personas, además de colaborar con otras personas clave del equipo (como finanzas, recursos humanos o logística). Aunque se apoya en estas otras funciones para llevar adelante su trabajo y aprender en las áreas que menos domine, es imprescindible que sepa elaborar un presupuesto, una descripción de puesto (para las personas del equipo que coordina), una orden de compra o un informe de seguimiento de actividades, así como llevar un buen control del progreso de los indicadores y el logro de los resultados esperados.

Coordinación de proyecto

El puesto que requiere menos experiencia dentro de esta categoría suele ser el de coordinación de proyecto de salud. Es habitual que su rol se centre en la implementación de un proyecto que otras personas ya han diseñado, y que para ello se ubique directamente en la zona donde se implementan las actividades. Lo normal es que para cualquiera de estos puestos, incluso tratándose de proyectos pequeños, se exija experiencia previa de al menos uno o dos años. Cada vez es más frecuente que estos puestos sean ocupados por personal nacional. Cuando se trata de proyectos especialmente grandes (generalmente de desarrollo y varios años de implementación), con grandes equipos de personas y volumen financiero, lo habitual es que el rol de la coordinación de proyecto recaiga en una persona con mucha experiencia en gestión de proyectos y representación institucional, tenga o no tenga formación en salud pública (aunque siempre es deseable), acompañada de personal técnico de salud que le apoye.

Coordinación de programa

En ocasiones, varios proyectos o una provincia/región del país son supervisados por una coordinación del programa de salud. El programa de salud de la organización en dicha provincia o región puede estar constituido por actividades de múltiples proyectos, con diferentes plazos y financiadores. En estos casos, la coordinación de programa asume un rol algo más estratégico que la coordinación de proyecto; en lugar de centrarse en la ejecución de actividades, debe asegurar el correcto avance de todos los proyectos y el logro de sus objetivos, al mismo tiempo que evalúa la evolución del contexto e identifica posibles nuevas acciones y proyectos a diseñar para la búsqueda de su financiación. 

Es frecuente también que desde este puesto se cubran funciones de representación institucional en foros técnicos regionales o provinciales (como grupos de trabajo) y ante las autoridades sanitarias locales. Un puesto de coordinación de programa, además de formación en salud pública y gestión del ciclo de proyecto, suele requerir varios años de experiencia desempeñando una función similar en otros contextos humanitarios, siendo además preferible el conocimiento del contexto local.

Coordinación nacional médica o de salud

El puesto más alto de este grupo suele ser la coordinación nacional de salud, o coordinación nacional médica. Este puesto, generalmente ubicado en la capital, tiene un alto componente de planificación estratégica, de representación institucional (ante autoridades sanitarias nacionales y en clusters u otros grupos de trabajo nacionales), y de apoyo y supervisión a los equipos técnicos de salud de las diferentes provincias y proyectos. Este tipo de puesto suele ser el más senior de esta categoría, requiriendo una amplia experiencia (a menudo comenzando desde puestos de coordinación de proyecto y programa, con un aumento progresivo de responsabilidades).

Pese a que pueden tener una misma denominación, existen grandes diferencias en el nivel de responsabilidad, experiencia requerida y retribución (entre otras cosas) entre puestos aparentemente similares «en papel». Esto depende de las organizaciones, pero también del tamaño de la organización en un país o una base provincial, o el volumen de un proyecto. El tipo de trabajo que se realiza (y el perfil requerido) también varía mucho en función de la modalidad de trabajo de la organización en el país en cuestión; no es lo mismo un proyecto con equipos móviles de salud de implementación directa, que un proyecto que, bajo un enfoque de localización, se realiza a través de una organización local socia con su propio equipo al que hay que supervisar y acompañar, o un proyecto de apoyo o fortalecimiento a los servicios públicos de salud, sin prestación directa de atención sanitaria.

Profesionales de salud en cooperación para puestos generalistas

En algunas organizaciones internacionales eminentemente médicas o sanitarias, a menudo se indica como «deseable» que puestos generalistas senior (como una Dirección nacional o una Dirección de base provincial) o puestos técnicos no necesariamente sanitarios (como en incidencia política o monitoreo y evaluación, por ejemplo), tengan formación sanitaria de algún tipo, principalmente en salud pública. Esto, que en organizaciones multisectoriales (que no trabajan exclusivamente en salud) es raro, puede deberse a un alineamiento con los principios y valores de la organización, o al hecho de poder facilitar las relaciones institucionales con las autoridades sanitarias de un país.

Profesionales de salud en cooperación con base en la sede

Asesores y asesoras técnicas de salud

Los equipos nacionales suelen tener apoyo y supervisión de los equipos técnicos, de programas y operaciones de las oficinas regionales (si las hay) o directamente de la sede de la organización. En concreto, para apoyar a las coordinaciones nacionales de salud o coordinaciones nacionales médicas de los diferentes países se suele contar con asesores/as técnicos de salud

Estos puestos de asesoría pueden estar más o menos especializados, dependiendo de la organización y sus necesidades, en áreas como salud sexual y reproductiva, nutrición, salud mental, farmacia, o fortalecimiento de sistemas de salud. Sin embargo, también es frecuente que haya puestos de asesoría técnica en salud generales por zona geográfica, con una cierta familiaridad con la situación socioeconómica, política y epidemiológica de varios países, o que simplemente apoya a países con un idioma común (como el francés o el inglés). Desde algunos de estos puestos también se pueden liderar iniciativas de investigación operativa, que ayudan a generar evidencia científica en salud global y acción humanitaria.

Estos puestos, basados en las oficinas de las sedes globales o regionales, suelen estar ocupados por personal sanitario de diferentes trayectorias y formaciones, pero con formación en salud pública, formación o amplia práctica en la gestión del ciclo del proyecto, conocimiento de la arquitectura del sistema humanitario, y bastante experiencia en diferentes puestos «de terreno» (como coordinaciones nacionales de salud o coordinaciones de programas de salud) en múltiples países (y muy a menudo, múltiples organizaciones). Es también habitual que hablen varios idiomas (español, inglés y francés -por lo menos- es muy común).

Viajan a terreno con relativa continuidad, desde un mínimo de 3-4 viajes cortos al año (para visitas de seguimiento, misiones exploratorias, participación en talleres formativos con el equipo nacional, identificación y diseño de nuevos proyectos, o iniciativas de evaluación y aprendizaje), hasta mucho más. 

Personal flying y de respuesta en emergencias

También hay puestos «flying» o que forman parte de un equipo de respuesta en emergencias. Estos puestos, a pesar de estar basados en sede, pueden estar la mayor parte del tiempo «en terreno», encadenando viajes que van desde las dos semanas a los tres meses. No solo dan apoyo directo y reforzando los equipos nacionales, sino que también contribuyen a establecerlos y formarlos en una respuesta de emergencia.

En ocasiones también trabajan cubriendo vacantes de forma temporal en momentos clave, o haciéndose cargo de la respuesta inmediata a nueva crisis sobreañadida, que el equipo existente no puede asumir (además de su trabajo habitual). Algunos de estos trabajos se desarrollan, con duraciones generalmente cortas, a través de modalidades de consultoría.

Cómo es trabajar en cooperación

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